Ensayo para un collage de Vallejo

La sensibilidad política del artista se produce, de preferencia y en su máxima autenticidad, creando inquietudes y nebulosas políticas. […] La cosecha de semejante creación política, efectuada por los artistas verdaderos, se ve y se palpa sólo después de siglos, y no al día siguiente, como acontece en la acción superficial del seudo-artista”

C. Vallejo, “Los artistas ante la política”, París, noviembre de 1927.

Mes de julio del año 1919. Lima, Perú. Los heraldos negros instauran las condiciones que posibilitarán una nueva sensibilidad poética. Ocho años después, en un texto en el que reflexiona acerca de la función de los artistas ante la política, César Vallejo (Santiago de Chuco, 1892), el poeta heraldo, anunciará con claridad meridiana: “la poesía nueva a base de sensibilidad nueva es […] simple y humana” (Aula Vallejo, p. 24).

Un collage de César Vallejo nos resulta un interesante modo de evocar las reminiscencias de sus poemas, de sus textos narrativos, de sus reflexiones estéticas, literarias y artísticas. No haremos, sin embargo, omisión de la severa determinación que Vallejo lanza en “Se prohíbe hablar al piloto”, reflexión extraida de sus textos de estética: “Si a un poema se le amputa un verso, una palabra, una letra, un signo ortográfico, muere”.

Poeta que ha ocasionado una “insomne piedad de mil ojeras”[i] en su lectorado, a un siglo de la publicación de Los heraldos negros continuamos palpando el ascenso de aquella voz a la que vemos elevarse como “volutas de clarín brillantes de asco”[ii].

Y en esta hora fría, en que la tierra

trasciende a polvo humano y es tan triste,

quisiera yo tocar todas las puertas,

y suplicar a no sé quién, perdón (p. 69)

Versos que corresponden a la última estrofa del poema “El pan nuestro”, la obsesión por la temática del hambre atravesará gran parte de la producción del poeta; cuando no haya hambre ni haya sed, las metáforas serán construidas de todos modos a partir de esas constelaciones semánticas: “tus brazos dan la sed de lo infinito”[iii], enunciará el sujeto sediento de contacto.

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En Los heraldos negros todo resulta oscuro, todo resulta negro: “el champaña negro de mi vivir”[iv]; “dos negros granos de amarga luz”[v]; “un pezón negro y deforme / arrancado a la esfíngica ilusión”[vi]. Nos atreveríamos a añadir, en Vallejo todo es oscuro, aun cuando se asome un destello de brillantez: “Me siento bien. Ahora / brilla un estoico hielo / en mí”.[vii] No sin suficientes razones, Alejandra Pizarnik ha escrito en sus Diarios:

¡Amado Vallejo! ¡Mi adorado poeta triste! ¡Tú con tus huesos hambrientos y el pelo revuelto y la nuez anhelante y el torso partido y el sentir escabroso y la soledad y el sexo balbuceante y la soledad y el ojo vestido de gris y la soledad y el amado lloro de siempre y la soledad y los golpes fuertes de la vida y la soledad y yo no sé por qué de tanto daño de tanto golpe duro y malo de tanta soledad pendiente y la nada y lo horrendo y el mefistofélico bastón en quien no apoyarse y el bendito Dios que camina junto a ti y el terrible exilio de los eternos fugitivos, y las calientes lágrimas una más hasta la ecuación imposible y los dulces monos de Darwin agitando veinte dedos por cabeza y el tric-trac de los huesos pidiendo un trozo de pan en que sentarse y la soledad el llanto la angustia la nada y la soledad!!!! ¡¡¡¡Amadísimo queridísimo César!!!! ¡¡Hasta cuándo!! ¿¿Siempre?? Lloro.

Los heraldos negros construye, efectivamente, una imagen que se “parece [al] alma exhausta de un poeta / arredrada en un gesto de derrota”[viii], un poeta que lo expresa sin dudarlo: “aquí se está llorando a mil pupilas”[ix], como si en esa retórica de la lágrima, en esa proliferación del número, pudiéramos adivinar la intensidad de su sentir, la intensidad de su afección. Nos preguntamos con Pizarnik hasta cuándo y por qué tanto, y también nos preguntamos con el mismísimo Vallejo de Los heraldos negros, “hasta cuándo este valle de lágrimas, a donde / yo nunca dije que me trajeran”.

Referencias bibliográficas

Pizarnik, Alejandra, Diarios, Buenos Aires, Sudamericana, 2010.

Revista Aula Vallejo, n° 1, Instituto del Nuevo Mundo, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, 1961.

Vallejo, César, Los heraldos negros [1919], Buenos Aires, Losada, 1999.

 

[i] ibíd. p. 47.

[ii] ibíd., p. 43.

[iii] ibíd., p. 11.

[iv] ibíd., p. 11

[v] ibíd., p. 37.

[vi] ibíd., p. 28

[vii] ibíd. p. 66.

[viii] Los heraldos negros, 1999, p. 48

[ix] ibíd., p. 55

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